lunes, 27 de abril de 2015

LA BATALLA DEL ÁLAMO

La batalla de El Álamo del 23 de febrero al 6 de marzo de1836 fue un conflicto militar crucial en la Revolución de Texas que consistió en un asedio de 13 días de duración, desde su inicio el 23 de febrero hasta el asalto final del 6 de marzo de 1836, y enfrentó al ejército de México, encabezado por el presidente Antonio López de Santa Anna, contra una milicia de secesionistas texanos, en su mayoría colonos estadounidenses naturalizados mexicanos, en San Antonio de Béjar, en la entonces provincia mexicana de Coahuila y Texas hoy estado de Texas, Estados Unidos.

Todos los beligerantes en favor de la República de Texas murieron, a excepción de dos personas, lo cual inspiró a muchos colonos texanos —y aventureros estadounidenses— a unirse al ejército de Texas; animados por el deseo de venganza, a partir de la crueldad mostrada por Santa Anna durante el asedio, los texanos derrotaron el ejército mexicano en la batalla de San Jacinto, el 21 de abril de 1836, poniendo fin al movimiento revolucionario.

Varios meses antes, los texanos habían llevado a todas las tropas federales fuera de la Coahuila y Texas; aproximadamente 100 texanos se guarnecían entonces en El Álamo. La fuerza texana creció ligeramente con la llegada de refuerzos dirigidos eventualmente por los comandantes James Bowie y William Barret Travis. El 23 de febrero aproximadamente 1 500 soldados mexicanos marcharon en San Antonio de Béjar, sitio donde se asienta actualmente San Antonio, como el primer paso en una campaña para retomar Texas.

Durante los siguientes 12 días, los dos ejércitos participaron en varias escaramuzas con bajas mínimas. Consciente de que su guarnición no podía resistir el ataque de una fuerza tan grande, Travis escribió varias cartas pidiendo más hombres y suministros, pero solamente llegaron menos de 100 refuerzos.

En la madrugada del 6 de marzo, el ejército mexicano avanzó hacia El Álamo; tras rechazar dos ataques, los texanos fueron incapaces de defenderse de un tercero. Debido a que los soldados mexicanos treparon por los muros, la mayoría de los soldados texanos huyeron hacia los edificios interiores. Los defensores que no pudieron llegar a estos puntos fueron asesinados por la caballería mexicana en su intento por escapar. Es probable que un pequeño grupo de texanos entre cinco y siete de ellos se hubiesen rendido; aun así, estos fueron ejecutados al instante. La mayoría de los relatos provenientes de testigos oculares informaron de entre 182 y 257 texanos muertos, mientras que la mayoría de los historiadores de El Álamo están de acuerdo en que hubo entre 400 y 600 soldados mexicanos heridos o muertos en combate. Al final, varios individuos no combatientes fueron enviados a Gonzales para que corrieran la voz de la derrota texana. La noticia desató el pánico y las fuerzas texanas —en su mayoría colonos— de la nueva República de Texas huyeron del avance del ejército mexicano.

Esto estaba leyendo LINO COLUNGA de los datos que sacó de “EL CAJÓN DE LOS CONOCIMIENTOS”



LINO COLUNGA es un ingeniero en Mecatrónica que construyó un MÓDULO DE TRANSFERENCIA CORPORAL para poder trasladarse de la época actual a la época y lugar del acontecimiento.




Este MÓDULO tiene en su interior, un calendario y un mapa tipo MERCÁTOR donde LINO pone la fecha y las coordenadas, y con solo mover el botón de adelante dicho MÓDULO lo lleva a dicho lugar en la fecha que el colocó.

Esta vez, la curiosidad del Ingeniero lo llevó a la bodega donde guarda su MÓDULO y lo abordó, colocando las coordenadas de San Antonio Texas, lugar donde se llevó a cabo este conflicto. Las coordenadas son: 29 grados, 25 minutos y 32 segundos de latitud norte. 98 grados, 29 minutos, 10 segundos de longitud Oeste y la fecha: 6 de marzo de 1836.

Porque fue en ese día en que después de llegar las tropas mexicanas a San Antonio las fuerzas texanas se atrincheraron en la misión de El Álamo utilizando algunas casas de sus cercanías como puestos de defensa avanzada. Tras rechazar Travis la invitación de Santa Anna a la rendición, comenzaron los combates.

El asedio se desarrolló según las tácticas militares de la época: con el inicio del sitio los atacantes fueron atacando las posiciones avanzadas texanas y desalojando a los defensores, que quemaron las granjas y casas aisladas y se encerraron dentro de los muros de la fortaleza. Posteriormente las fuerzas mexicanas fueron avanzando progresivamente bajo el fuego de la artillería de los defensores y estableciendo posiciones sucesivas cada vez más cercanas a los muros de la misión, cavando trincheras y reductos en los que emplazaban la artillería propia, de forma que iba batiendo las defensas con creciente eficacia. Mediante un bombardeo continuo y varios amagos de asalto se mantenía la tensión de la guarnición defensora mientras se la iba desgastando, al tiempo que se desmontaban sus cañones y se creaban brechas por las que realizar el asalto final.

Por eso en la madrugada del 6 de marzo unos 1200 soldados mexicanos divididos en cuatro columnas atacaron la fortificación de forma simultánea por los cuatro puntos cardinales. Algunos historiadores afirman que ganaron los muros en el primer asalto, mientras que otros hablan de dos oleadas. En cualquier caso, los defensores no pudieron mantener un perímetro tan amplio durante mucho tiempo, y los atacantes penetraron en el interior de la guarnición dando muerte a todos los defensores.




Entre las fuerzas texanas solamente dos hombres el texano-mexicano Brígido Guerrero y el texano-estadounidense Henry Warnell habían abandonado la misión en los días anteriores, durante el asedio. El resto de ellos murieron en la batalla, aunque su número no se ha llegado a cuantificar de forma definitiva entre 184 y 257, según las fuentes. Los civiles no combatientes mujeres, niños y esclavos que no murieron accidentalmente debido a los combates fueron respetados y se les permitió marchar libremente. El propio Santa Ana exageró la cifra asegurando que en la batalla mato 600 rebeldes, aun cuando su propio secretario reconocería después que era una exageración.

En cuanto LINO observó la derrota de los Texanos por parte de las fuerzas mexicanas, abordó de nuevo su MÓDULO, cerro la portezuela, se sento frente a los controles y pulso el botón de regresar y en un santiamén se encontró de nuevo en la bodega de la colonia Martín Carrera del Distrito Federal.







miércoles, 8 de abril de 2015

PERSIGUIENDO A SAM RAVEL

Ahora LINO COLUNGA, el ingeniero en MECATRÓNICA, revisando el chip de “EL CAJON DE LOS CONOCIMIENTOS”  y analizando la historia de la Revolución Mexicana, quiso conocer alguno de los hechos más interesante de esta época.





Encontró que el 9 de marzo de 1916, Doroteo Arango, más conocido como PANCHO VILLA atacó la población de Columbus, Nuevo México con algunos cuantos jinetes, para robarse unos ochenta caballos y treinta mulas de ésta población.






LINO cuenta con un MÓDULO de transferencia corporal, que tiene la capacidad de transportarlo en el tiempo y la distancia hacia el pasado.






Cada vez que LINO COLUNGA viaja en su MÓDULO, lo hace para corroborar lo que la historia dice, pero no puede intervenir, porque no se puede cambiar el curso de la historia.

Así que el Ingeniero en Mecatrónica abordó su MÓDULO y sentándose donde se ubican los controles, lo preparó con los siguientes datos: Panel de la fecha: 9 de marzo de 1916. Carta Mercatoriana con las coordenadas de Columbus Nuevo México: 31 grados, 49 minutos y 51 segundos de latitud norte, con 107 grados, 38 minutos y 31 segundos de longitud oeste.

LINO llegó en el momento que FRANCISCO VILLA atacaba el centro de la población ya que buscaba a un gringo llamado SAM RAVEL que le vendió armas y parque en mal estado.

VILLA se creyó engañado por RAVEL y ya había enviado a  Candelario Cervantes, para exigir cuentas.

La contestación de Ravel fue: -“Yo no vuelvo a tratar con bandidos mexicanos”-

VILLA se encontraba en la hacienda de San Jerónimo cuando el Coronel Cervantes le informó, entonces con más de quinientos hombres salió en busca de RAVEL hacia COLUMBUS, población donde se había escondido el traficante de armas, porque en esta población tenía su casa, una tienda y un hotel.






Los hombres de VILLA arrasaron a la población donde había una partida de trescientos elementos de la caballería americana al mando del Capitán Herber H. Slocum.






Todo esto lo vio LINO COLUNGA y entonces fue cuando entendió la manera de actuar de PANCHO VILLA.

A bordo de su MÓDULO, pulso el botón de retornar a casa y de inmediato su nave regresó al galerón de la colonia Martín Carrera donde vive el ingeniero.