miércoles, 3 de septiembre de 2014

LINO CONOCE UNA GUERRA INUTIL DE MÉXICO

Estaba LINO COLUNGA, el ingeniero en mecatrónica examinando en su chip que tiene en el cerebro y que le muestra el CAJÓN DE LOS CONOCIMIENTOS los asentamientos humanos del México del siglo XIX y encontró el inicio de una guerra inútil.



De inmediato preparó su MÓDULO DE TRANSFERENCIA CORPORAL colocando en el equipo de datación la fecha de 26 de Julio de 1847, y en el equipo de navegación inercial colocó las coordenadas de 20 grados, 41 minutos y 22 segundos de latitud norte, y 88 grados 12 minutos y 06 segundos de longitud oeste.



De inmediato llegó a Valladolid, Yucatán y presenció que en la plaza de Santa Ana de esta población estaban ejecutando al indígena maya Manuel Antonio Ay.

Aprovechando la experiencia bélica y las armas que habían acopiado en las continuas batallas que el estado de Yucatán sostuvo con el ejército del gobierno centralista de México, que Antonio López de Santa Anna había enviado para forzar la reunificación de la península a México, guerra en la que los mayas habían sido pieza fundamental para la defensa de la península de Yucatán, planearon el movimiento rebelde tres líderes indígenas: Manuel Antonio Ay, cacique de  Chichimilá; Cecilio Chi, cacique de Tepich, y Jacinto Pat hacendado y cacique de Tihosuco..

En vista de tales acontecimientos, los otros jefes de la rebelión anticiparon su estallido. Cecilio Chi tomó Tepich, donde dio muerte a todos los vecinos de raza blanca, salvándose solamente uno, que fue a Tihosuco a dar cuenta del hecho. La guerra había comenzado.

El gobierno actuó rápidamente contra los indígenas, sin discriminación alguna: aprehendió y sacrificó a los caciques de Motul, Nolo, Euán, Yaxcucul, de Motul,   Chicxulub, Acanceh y otros sitios, pero las poblaciones del sur y el oriente fueron cayendo en poder de los rebeldes, que dieron muerte a los habitantes e incendiaron los caseríos.

Los indígenas mayas en lo general habían sido sometidos religiosa, cultural y físicamente durante los 300 años que siguieron a la conquista. Existía un férreo control social en la península yucateca de todos los grupos sociales que no fueran españoles o criollos. Había algunas zonas de Yucatán, como en la región de Valladolid, donde el control social se expresaba con mayor severidad.

Es claro que la población criolla era la que más favorecía dicha estructura. La estructura que pudiera haberse llamado de castas:

Peninsulares, criollos, mestizos, negros, y sus diversas combinaciones, persistió, y lo cierto, es que en ese esquema los indígenas mayas ocuparon siempre el lugar inferior en la escala social.

Las formas de control social por parte de la clase dominante, que habrían de refinarse en el resto de México durante el siglo XIX, se mantuvieron en Yucatán sin ningún problema durante este período. Aunque la esclavitud se había prohibido desde la proclama de Hidalgo en 1810 se oficializó su prohibición por decreto presidencial de Vicente Guerrero en 1829, en Yucatán los hacendados, particularmente, persistieron en formas de mantener el control y la esclavitud de sus "acasillados", todos indígenas mayas, que venían de un régimen de sumisión desde las encomiendas.

Los indígenas eran sometidos, entre otras formas, por la vía del adeudo. Un indígena nacía y moría en el mismo lugar; en la hacienda donde trabajaba desarrollando tareas arduas, se le asignaba un pago bajo, al arbitrio del hacendado. Este pago se realizaba a través de la tienda de raya, propiedad del propio hacendado en donde era obligado a adquirir a precios también arbitrarios, los elementos básicos para su subsistencia. Ahí se le sometía en forma tal que quedaba sujeto para siempre, toda vez que el endeudamiento llegaba a ser tan grande que no sólo era incapaz de pagarlo sino que le era exigible en el momento de querer abandonar la hacienda.

Después de haber conocido estos antecedentes de una de las guerras más inútiles del siglo XIX, LINO COLUNGA abordó su MÓDULO DE TRANSFERENCIA CORPORAL y regresó a su bodega en la colonia Martín Carrera del Distrito Federal.