LINO COLUNGA, es un ingeniero en Mecatrónica que construyó un
módulo de transferencia corporal que lo está llevando en distintas ocasiones, a
la distancia de donde él opera normalmente y sobre todo al pasado, donde conoce
en persona las cosas que sucedieron, pero en las cuales no se puede intervenir,
porque se atentaría contra el devenir de la historia, ésta vez, LINO
viaja a SAN JUAN DE ULUA y conoce el
LA GUERRA DE LOS PASTELES.
Para LINO COLUNGA la Mecatrónica tiene un espíritu: "El espíritu de la Mecatrónica rechaza dividir a la ingeniería en disciplinas separadas". Pero una definición aproximada seria la utilizada por la comunidad europea: "Mecatrónica es la integración cinegética de la ingeniería mecánica con la electrónica y con el control de computadores inteligentes para el diseño y la manufactura de productos y procesos".
Para LINO COLUNGA la Mecatrónica tiene un espíritu: "El espíritu de la Mecatrónica rechaza dividir a la ingeniería en disciplinas separadas". Pero una definición aproximada seria la utilizada por la comunidad europea: "Mecatrónica es la integración cinegética de la ingeniería mecánica con la electrónica y con el control de computadores inteligentes para el diseño y la manufactura de productos y procesos".
LINO se subió a su MÓDULO de TRANSFERENCIA
y tomó unas coordenadas al azahar en su carta Mercatoriana y una fecha en el
dial del tiempo pasado. Las coordenadas fueron: 19 grados, 30 minutos, 00
segundos latitud norte y 96 grados 08 minutos y 00 segundos longitud oeste. El
tiempo que escogió fue: Año 1838 d.C. y el 27 de noviembre de este año, fue a parar a LA ISLA DE SAN JUAN DEULUA.
Deffaudis, en un comunicado a su gobierno le indicaba que había que actuar con energía.
La GUERRA DE LOS
PASTELES fue el primer conflicto bélico entre México y Francia, y
formalmente tuvo lugar entre el 16 de abril de 1838 y el 9 de marzo de 1839.
LA GUERRA DE LOS PASTELES FRANCIA-MÉXICO 16 DE ABRIL DE 1838
Las primeras décadas de la historia Independiente de México, fueron de anarquía y desorden en los
aspectos económico, político y demográfico.
La inestabilidad del país se reflejaba en todos los órdenes
de la sociedad, y en particular en las fronteras la migración ilegal y el
contrabando eran comunes por la falta de vigilancia.
Debido a esto y muchos problemas, México estaba en la mira de
los países extranjeros, dispuestos a intervenir cuando lo consideraran
oportuno.
A partir de la consumación de la Independiente en 1821, los franceses, que profesaban la misma
religión, y además pertenecían a una cultura que influía grandemente en la
mexicana, pudieron radicarse en el país, consagrándose al comercio, la pequeña
industria, el artesanado e ingresando en el ejército nacional.
En 1827, se había celebrado un convenio con Francia bajo el
nombre de "Declaraciones
Provisionales", que sentaban las bases para el futuro arreglo de
las relaciones entre ambos países.
La colonia francesa era próspera y bien vista cuando Francia
reconoció en 1830 la Independencia y en el momento en que se firmaron los
acuerdos comerciales de 1831 y 1832, que otorgaron a la nación francesa y sus
ciudadanos el tratamiento de nación más favorecida.
Las rebeliones y asonadas ocurridas en las primeras décadas
afectaron tanto a los mexicanos y extranjeros, al igual que los préstamos
forzosos que el gobierno impuso a la población para salir de sus apuros
económicos.
De esos hechos, y a través del barón Deffaudis, embajador de
francés, los comerciantes franceses avecinados en México enviaron una serie de
reclamaciones, que fueron recibidas en Paris con alarma.
Entre estas reclamaciones, se encontraba la del señor Remontel, dueño de un restaurante de
Tacubaya, donde algunos oficiales del presidente Santa Anna en 1832 se habían comido unos pasteles sin pagar la
cuenta, por lo cual exigía ser indemnizado. Ese fue el motivo a que el pueblo
mexicano identificara a esta guerra con Francia con el nombre de "GUERRA
DE LOS PASTELES".
BARCOS FRANCESES ATACANDO SAN JUAN DE ULUA
Deffaudis, en un comunicado a su gobierno le indicaba que había que actuar con energía.
Al responder el Ministro de Relaciones a las reclamaciones
francesas y no estar de acuerdo. En consecuencia Deffaudis, pidió sus
pasaportes y abandonó México y regresó a Francia, para volver en marzo acompañado de
diez barcos de guerra que apoyaban las reclamaciones de su gobierno.
Deffaudis redactó el 21 de ese mes un ultimátum al gobierno
exigiéndole el pago de seiscientos mil pesos para cubrir daños ocasionados a
los franceses. Exigía también, que fueran retirados varios oficiales del
ejército y se exceptuara a los franceses de los préstamos forzosos expidiendo
una ley especial.
Fondearon frente a la Isla Sacrificios, Veracruz,
amenazando con invadir el territorio mexicano si México no cumplía las
condiciones de Deffaudis.
Como el gobierno de Anastasio
Bustamante se negaba a tratar con Deffaudis mientras hubiera fuerzas
navales francesas frente a Veracruz,
el comandante de éstas, almirante Bazoche, declaró bloqueados todos los puertos
del Golfo, incautó a las naves mercantes mexicanas, comenzando un bloqueo que
duraría ocho meses, desde el 16 de abril de 1838 que se rompieron las
relaciones.
Al ver que México no cedía ante la presión, Francia envió en
octubre veinte barcos más bajo el mando del contraalmirante Charles Baudin y se
reunió en Jalapa con el ministro de relaciones interiores y exteriores de México don Luis G. Cuevas, quien se negó a exceptuar a los
franceses de préstamos forzosos y de ventajas comerciales. Aceptó pagar la
indemnización de seiscientos mil pesos en un plazo de seis meses. Inconforme,
Baudin amenazó con iniciar las hostilidades el 27 de noviembre, lo cual
realizaron 26 navíos con cuatro mil hombres, que atacaron San Juan de Ulúa causando graves
daños y gran numero de muertos.
Retirado desde su regreso de Estados Unidos, Santa Anna observó los movimientos de la escuadra enemiga y
decide actuar.
TROPAS FRANCESAS ATACANDO EL PUERTO DE VERACRUZ
Se entrevistó con Rincón y ante la grave situación aceptó el
consejo de los oficiales de rendir fortaleza. Los franceses obligaron a Rincón
a reducir la guarnición de Veracruz
a mil hombres, a recibir a los expedicionarios e indemnizarlos.
El Congreso desautorizó a Rincón y nombró a Santa Anna defensor de Veracruz.
Éste llamó a Mariano Arista, quien fue hecho prisionero al ser sorprendidos
por los franceses, mientras Santa Anna logró escapar.
Las tropas francesas atacaron varios puntos fuertes y cuando
se retiraban, Santa Anna, que había recibido refuerzos, intentó atacar en
muelle al contra-almirante Baudin, las cuales contraatacaron utilizando un
cañón que mató al caballo de Santa Anna destrozándole a éste la pierna izquierda, forzado
el ejército nacional a abandonar Veracruz,
este hecho provocó en la capital descontento, culpándose al presidente
Bustamante
de esos hechos.
La intervención de Santa Anna en la defensa de Veracruz
le sirvió para recuperar su prestigio, lo que capitalizó muy bien, habiendo
logrado que lo propusieran para ocupar la presidencia
en tanto Bustamante salía a combatir un alzamiento federalista en Tampico.
Como presidente
interino, Santa Anna se dio cuenta de que resultaba conveniente llegar a
un arreglo con Francia, ya que Baudin había levantado el bloqueo de los puertos
controlados por los federalistas.
Por otra parte, el ministro inglés Richard Pakenham intervino
con el fin de evitar daños al comercio británico, quien consiguió reunir a los
representantes mexicanos con el contraalmirante Baudin.
El 9 de marzo de
1839 se firmó un tratado de paz, en el cual México se comprometió a
pagar las indemnizaciones exigidas seiscientos
mil pesos en total, en plazos cómodos y del modo que menos podía
perjudicar el erario nacional.
Francia retiró, a cambio, la flota invasora, desistió de la
indemnización a los gastos de guerra y el desconocimiento de las Declaraciones Provisionales de 1827
devolviendo además las naves incautadas.
Esta guerra no impidió que Francia siguiera ejerciendo gran
influencia en el desarrollo cultural de México.
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