LINO COLUNGA, es un
ingeniero en MECATRÓNICA que construyó un módulo de
transferencia corporal que lo está llevando en distintas ocasiones, a la
distancia de donde él opera normalmente y sobre todo al pasado, donde conoce en
persona las cosas que sucedieron, pero en las cuales no se puede intervenir,
porque se atentaría contra el devenir de la historia, ésta vez, LINO viaja a BABILONIA y ve el
fin del imperio BABILÓNICO y la
muerte de HAMMURABI.
LINO se subió
a su MÓDULO de TRANSFERENCIA y colocó unas coordenadas en la
pantalla de la carta Mercátor la cual inducía al equipo de navegación inercial
para llegar a ese lugar y una fecha en el dial del tiempo pasado. Las
coordenadas fueron: 32 grados, 32 minutos, 11 segundos latitud norte y 44 grados
25 minutos y 15 segundos longitud este. El tiempo que escogió fue: el año 1750
a.C. y fue a parar al BABILONIA llegando en el momento que moría HAMMURABI.
Los
Amoritas o Amorreos: Oriundos de siria los amorreos o
amoritas fueron un pueblo de origen cananeo constituido por tribus nómadas muy
belicosas que ocuparon Siria, Canaán y la región al oeste del río Éufrates,
desde la segunda mitad del tercer milenio antes de nuestra era. En el curso de
sus correrías llegaron a conquistar en dos ocasiones la ciudad de Babilonia. Se
cree que el rey Hammurabi era descendiente de amorreos.
Babilonia
una ciudad hasta entonces poco importante, Babilonia, fundó un principado en el
territorio de Acad, más al norte, que incluía las ciudades de Sippar, Dilbat y
Kazallu. En el sur, el control de Larsa tampoco era total y a finales del siglo
XIX a. C., durante el reinado de Rim-Sin, una coalición de ciudades se levantó
contra su poder. Entre las ciudades rebeldes se encontraban Uruk, Isín y
también Babilonia. Las dos primeras cayeron en 1803 a.C. y 1793 a.C.
respectivamente. Un nuevo rey, Hammurabi, llegó al trono de Babilonia, el nuevo
monarca no sólo impidió los planes de invasiones extranjeros venciéndolos
totalmente, tras lo cual emprendería la conquista de muchas ciudades de
Mesopotamia, formando el llamado Imperio Paleobabilónico o Primer imperio
Babilónico.
Se creo el
código de Hammurabi que reunía 281 leyes de carácter civil -penal
basada en la conocida frase «ojo por ojo, diente por diente»
basada en la conocida frase «ojo por ojo, diente por diente»
El primer
ejemplo del concepto jurídico de que algunas leyes son tan fundamentales que ni
un rey tiene la capacidad de cambiarlas. Las leyes, escritas en piedra, eran
inmutables. Este concepto pervive en la mayoría de los sistemas jurídicos
modernos.
Estas
leyes, al igual que sucede con casi todos los códigos en la Antigüedad, son
consideradas de origen divino, como representa la imagen tallada en lo alto de
la estela, donde el dios Shamash, el dios de la Justicia, entrega las leyes al
rey Hammurabi
El Código
de Hammurabi se presenta como una gran estela de basalto de 2,25 metros de
alto. En lo alto hay un medio relieve que representa a Hammurabi de pie delante
del dios del Sol de Mesopotamia, Shamash, principal de la ciudad sumeria de
Larsa. Debajo aparecen inscritos, en caracteres cuneiformes acadios, leyes que
rigen la vida cotidiana.
CÓDIGO DE HAMMURABI
Las leyes
del Código de Hammurabi (numeradas del 1 al 282, aunque faltan los números 13,
66–99 y 110–111) están escritas en babilonio antiguo y fijan diversas reglas de
la vida cotidiana
Hammurabi
supo consolidar su imperio unificando su lengua, su religión y sus leyes, se
dedicó a embellecer varias ciudades del imperio, no sólo Babilonia, con lo que
difundió el arte por sus territorios. Hammurabi mandó construir canales,
mejorar los sistemas de riego y edificar palacios y templos. Asimismo
estableció alhóndigas, pero su contribución más relevante fue el Código de
Hammurabi.
La Caída
del imperio por sublevaciones e invasiones externas: Los Hititas y Casitas
Hammurabi
murió en 1750 a. C., tras lo cual reinó Samsu-iluna, quien tuvo que enfrentarse
a un ataque de los nómadas casitas. Esta situación se repetiría en 1708,
durante el reinado de Abi-Eshuh. En efecto, desde la muerte del conquistador,
los problemas con los casitas se habían multiplicado. Esta presión fue
constante y en progreso durante el siglo XVII a. C., lo que fue desgastando al
imperio. Fue un ataque del rey hitita, Mursili I, lo que le dio la puntilla,
tras lo cual la región cayó bajo el poder de los casitas.
En cuanto vio la muerte de HAMMURABI, LINO COLUNGA abordó su MÓDULO para regresar al Distrito Federal.
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