Hola, buenos días, yo soy LINO COLUNGA un ingeniero en Mecatrónica que muy seguido hago viajes al pasado.
Estos viajes los hago en mi MÓDULO DE TRANSFERENCIA CORPORAL.
Mi sobrino Armando Colunga
tuvo un accidente de automóvil y lo fui a ver al hospital, y al verlo postrado
en una cama hospitalaria, de inmediato recordé quien fue el inventor de estas camas.
La inventó Howard Hughes, después del accidente que tuvo en la ciudad de Los
Ángeles el 7 de julio de 1946. Su accidente fue al volar su avión XF-11.
Hughes sufrió un grave accidente en
Los Ángeles cuando efectuaba el primer vuelo de prueba experimental del avión
espía XF-11, que construía para el Ejército
de los Estados Unidos. La prueba transcurrió normalmente, sin
embargo a los 105 minutos de haber despegado y preparándose para retornar, una
imperceptible pérdida de aceite en el motor derecho hizo que disminuyera la
presión que es necesaria para controlar el paso de las hélices, haciendo que
estas revirtieran su ángulo de ataque. Esto hizo que el motor tirara
fuertemente hacia atrás, descompensando el avión y llevándolo a perder altitud
rápidamente. Esta situación, difícil de controlar, fue analizada días después
del accidente, por lo que el accidente no puede catalogarse como fallo humano
sino como fallo mecánico.
Abordé mi MÓDULO DE TRANSFERENCIA CORPORAL y puse en el panel de las
coordenadas: 34 grados 3 minutos de latitud norte y 118 grados 15 minutos de
longitud oeste. En el panel de la fecha puse 7 de julio de 1946. Pulse el botó
de IR y de inmediato llegué al momento en que el avión XF-11 iba descendiendo.
Hughes trató de aterrizar el aparato
en el campo de golf de Los
Ángeles Country Club, en Beverly Hills, pero no lo consiguió. El XF-11 impactó
contra tres casas, y sus depósitos de combustible explotaron. Hughes, muy
malherido, logró salir de la cabina, pero sufriendo graves quemaduras, al estar
ardiendo el propio avión y los alrededores. Fue auxiliado por el Sargento
Primero del Cuerpo
de Marines de los Estados Unidos, William
L. Durkin, que se encontraba en la zona. Sufrió lesiones internas,
múltiples fracturas (la clavícula, todas las costillas, entre otras) y
quemaduras de tercer grado por todo el cuerpo. Tuvo secuelas el resto de su
vida. A partir de entonces, un bigote taparía las cicatrices de su labio
superior.
La Fuerza
Aérea de los Estados Unidos culpó
del siniestro al propio Hughes, que según los militares cometió varias
irregularidades, como no seguir la ruta prevista, o usar una frecuencia de
radio distinta a la asignada. Además, en el informe se decía que el XF-11 perdió
el control antes de caer. Esto supuso un duro golpe para el ego de Hughes, que
no dudó en protestar e intentar rectificar dicho informe. El magnate señaló que
en ningún momento perdió el control del aparato, sino que fue perdiendo altura
debido al fallo de una de las hélices. Y también denunció que el informe de la
Fuerza Aérea era parcial e injusto. Según declaró, los militares no querían
reconocer ninguna prueba que evidenciara errores en el funcionamiento de su
sistema de hélices, que había costado enormes cantidades de dinero. Este
sistema constaba de dos hélices de cuatro palas conectadas en tándem, una
detrás de otra, y cada una giraba en sentido opuesto a la otra; estas hélices
al igual que el avión eran de tipo experimental.
El avión se estrelló, vi como sacaban
a Hughes del avión y se lo llevaron al hospital.
En el hospital, Hughes tenía el cuerpo
destrozado pero aún se encontraba consciente; incluso, llamó a sus ingenieros
para que le hicieran una cama a medida, ya que el diseño no le gustaba.
Siguiendo sus indicaciones técnicas, le pusieron un sistema hidráulico manejado
por 30 motores eléctricos, que le permitía ajustar la cama pulsando varios
botones, creando la moderna cama de hospital.
Entonces abordé de nuevo mi MÓDULO y
regresé al patio de mi casa, en la colonia Martín Carrera donde lo mantengo hasta
el próximo viaje que yo haga al pasado.
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